Análisis de la utilización de las benzodiacepinas

La benzodiacepina es un fármaco recetado en condiciones médicas y/o psiquiátricas concretas, pero puede crear adicciones

Tabla de contenidos

La mayoría de medicamentos están específicamente diseñados para tratar unos síntomas concretos que generan ciertas condiciones o enfermedades. La benzodiacepina es ciertamente una medicación de esta categoría, pues se emplea en casos de ansiedad, fobias, depresión y otros trastornos. Por supuesto, estos deben tomarse bajo control y prescripción médica, e incluso en esos casos es posible que este medicamento derive en adicción.

Por ello es muy importante analizar el comportamiento y la respuesta del paciente ante la benzodiacepina. Además de las consultas físicas, los análisis de sangre por parte de un laboratorio también podrán ayudar a los médicos a entender si está ayudando o si es mejor recetar otro tratamiento. Por ello, hoy veremos en qué casos se utiliza este medicamento y qué tipologías del mismo existen para cada caso.

¿Qué es la benzodiacepina?

Las benzodiacepinas son un tipo de medicamentos que se recetan para pacientes con diversas condiciones tanto médicas como psiquiátricas. Todos los tipos que existen son seguros para el paciente y han sido muy exitosos para ciertas patologías. Algunas de las que más destacamos son:

Trastornos de ansiedad

Las benzodiacepinas suelen ser bastante recetadas para el tratamiento a corto plazo de trastornos de ansiedad generalizada, pánico, fobias específicas y trastorno de ansiedad social. Ayudan a reducir los síntomas de ansiedad y a calmar el sistema nervioso central gracias a su efecto ansiolítico, hipnótico, antiepiléptico y relajante muscular.

Trastornos del sueño

El efecto relajante que acabamos de comentar se aprovecha también para tratar el insomnio a corto plazo cuando otras medidas no han sido efectivas.

Espasmos musculares

En casos de espasmos musculares severos o espasticidad, la benzodiacepina puede recetadarse para relajar los músculos y aliviar el dolor asociado.

Convulsiones y epilepsia

Algunas benzodiacepinas, como el diazepam o el clonazepam, se utilizan como medicamentos anticonvulsivos para controlar las convulsiones en pacientes con epilepsia u otras condiciones que causan convulsiones.

Síntomas de abstinencia

En situaciones de abstinencia de alcohol u otras drogas, estos fármacos se administran para ayudar a controlar los síntomas de abstinencia y prevenir complicaciones graves como convulsiones.

Trastornos psiquiátricos

A veces se utilizan como coadyuvantes en el tratamiento de trastornos psiquiátricos como esquizofrenia, trastornos bipolares y otros del estado de ánimo cuando hay síntomas de ansiedad o agitación significativos.

Es importante tener en cuenta que las benzodiacepinas son medicamentos potentes y deben ser administradas bajo la supervisión de un médico y a corto plazo (por norma general) debido al riesgo de dependencia y tolerancia.

Tipos de benzodiacepinas

Las benzodiacepinas se clasifican según su vida media, es decir, según el tiempo que tardan en hacer efecto. Existen por tanto 4 tipologías:

Benzodiacepinas de vida larga

Su efecto puede durar entre 40 y 200 horas. Algunos de los nombres o ejemplos de Benzodiacepina de este tipo conocidas son el diazepam (Valium) y el flurazepam. Se prescriben como ansiolíticos, antiepilépticos, relajantes musculares y para el insomnio gracias a su efecto hipnótico.

Benzodiacepinas de vida intermedia

Tienen un efecto que llega a prolongarse entre 20 y 40 horas. Algunos de ellos son el clonazepam, el flunitrazepam o el bromazepam (Lexatin), todos ellos útiles para aliviar la tensión, el nerviosismo y la ansiedad.

Benzodiacepinas de vida corta

El lorazepam (sedante de corta duración), el temazepam (tratamiento del insomnio) y el oxazepam (calma la ansiedad y nerviosismo) son los ejemplos más famosos, cuyo efecto dura entre 5 y 20 horas.

Benzodiacepinas de vida muy corta

Tienen un efecto de solo 1 o 2 horas como mucho. Destacan el triazolam y el midazolam, utilizados como sedantes en procedimientos médicos y en cirugías para aliviar la ansiedad y causar la somnolencia para proceder con la operación.

No podemos olvidar que el efecto de la benzodiacepina en el paciente, tanto para una intervención quirúrgica como para calmar la ansiedad dependerá enteramente de sus características físicas, su historial médico y de la prescripción de su tratamiento (cantidad y frecuencia de uso).

¿Cómo se llega a la adicción?

Arriba hemos comentado que este tipo de fármacos son seguros para el paciente pero que, sin embargo, es posible que causen adicción si no se toman adecuadamente o no se hace caso a las instrucciones del médico sobre el tratamiento. Las razones principales por las que el paciente suele acabar dependiendo de ellas al nivel de la adicción tienen que ver con su mecanismo de acción y el modo en el que afectan al cerebro y al cuerpo:

Acción sobre el Sistema Nervioso Central (SNC)

Las benzodiacepinas actúan aumentando la actividad del neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico) en el cerebro. Este neurotransmisor inhibidor reduce la excitabilidad neuronal y produce efectos de relajación y sedación. Por ello, un aumento en su actividad puede crear calma y bienestar, una sensación muy deseada para las personas que experimentan ansiedad o insomnio.

Desarrollo de tolerancia

El uso continuado de benzodiacepina produce, como muchos otros medicamentos o sustancias, un desarrollo de la tolerancia a la misma en el organismo. Conforme pasa el tiempo el paciente irá necesitando dosis más elevadas para que el efecto sea el mismo que al comienzo del tratamiento.

Dependencia física

La dependencia física ocurre cuando el cuerpo se adapta a la presencia regular del medicamento y se vuelve incapaz de funcionar normalmente sin él. Si se interrumpe la ingesta la sensación de abstinencia es prácticamente la misma que la de una adicción, por lo que puede provocar ansiedad severa, insomnio, temblores, sudoración, e incluso convulsiones en casos extremos en el paciente.

Impacto psicológico

Además de la dependencia física, la benzodiacepina también puede tener un impacto psicológico significativo. El hecho de que alivie rápidamente síntomas de ansiedad y estrés puede provocar por otra parte una dependencia emocional al medicamento en situaciones estresantes.

Uso recreativo y abuso

Debido a sus efectos sedantes y relajantes, algunas personas pueden usar este medicamento de manera recreativa para obtener una sensación de euforia o para intensificar los efectos de otras sustancias. Tanto este uso como el abuso de la benzodiacepina pueden aumentar significativamente el riesgo de adicción y de problemas de salud relacionados.

Factores individuales y de contexto

Factores como la genética, el historial del paciente en cuanto a adicciones, el entorno social y los problemas de salud mental subyacentes pueden influir en la probabilidad de desarrollar adicción a las benzodiacepinas.

¿Cómo evitar la adicción?

Aunque con receta, los medicamentos que contienen benzodiacepinas se han convertido en un problema de salud pública dado su mal uso. Siempre se deben seguir las indicaciones del médico, pero su uso sigue siendo más o menos autónomo en ciertas ocasiones en las que se indica, por ejemplo, que se tome ‘según necesidad’. Esta forma de entender la medicación la integra en la vida cotidiana de forma simple y llega a generar una dependencia sobre ellas para enfrentarse a situaciones que pueden causar ansiedad o estrés. Para prevenir la adicción siempre se recomienda:

  1. Educar al paciente proporcionándole pautas higiénicas para el consumo de este tipo de fármacos.
  1. Realizar diagnósticos precisos, preferiblemente por especialistas psiquiátricos, para entender la raíz del problema. De esta forma podremos ajustar el tratamiento con el fármaco específico, sus dosis adecuadas y establecer una duración definida y cerrada del tratamiento.
  1. Evaluar alternativas terapéuticas, especialmente en pacientes con historial de adicciones o  de consumo de otro tipo de sustancias depresoras (alcohol, cannabis, cocaína…).
  1. Recomendar la adopción de hábitos saludables, como la actividad física, para reducir la ansiedad y promover la estabilidad emocional.

Estas medidas pueden ayudar a gestionar de manera más efectiva el uso de benzodiacepinas y mitigar los riesgos asociados con su dependencia.

Eliminar la dependencia al fármaco

Ya hemos comentado las medidas preliminares que los profesionales médicos pueden tomar para ayudar y crear conciencia sobre el riesgo de desarrollar dependencia a este tipo de medicamentos. Sin embargo, es posible que un paciente termine desarrollando adicción a ellos. Es crucial que el primer paso sea la evaluación por parte de un especialista psiquiátrico para diagnosticar la situación. Esto determinará el curso del tratamiento posterior, ya que es fundamental entender si hay un consumo excesivo y el grado de adicción para poder ayudar a superarlo.

El tratamiento generalmente es uniforme para todos los medicamentos, sin importar la sustancia implicada, y consta de cuatro fases conocidas como desintoxicación (eliminación de la sustancia del cuerpo), deshabituación (fomento de hábitos saludables), recuperación y reintegración.

En el caso específico del desarrollo de una dependencia a la benzodiacepina, la fase inicial de desintoxicación se lleva a cabo de manera gradual. Este paso es crucial debido a los efectos adversos que pueden surgir si se interrumpe bruscamente el uso de estos fármacos (ansiedad extrema, nerviosismo o síndrome de abstinencia). Poco a poco y guiado por un médico especialista el paciente podrá recuperarse de la dependencia y prevenir recaídas o efectos rebote.

Para lograr una retirada completa de las benzodiacepinas es fundamental que la persona esté motivada a dejar de tomarlas. Además, establecer hábitos saludables, incluyendo la incorporación regular de actividad física, puede ser crucial para una recuperación exitosa del paciente.

Análisis de sangre de benzodiacepinas

La benzodiacepina se analiza en sangre mediante pruebas de laboratorio específicas capaces de detectar y cuantificar su presencia en el torrente sanguíneo. Es necesario tomar una muestra de sangre del paciente a través de una venopunción, la cual se recolecta en un tubo de ensayo para su posterior análisis de sangre.

Esa muestra será procesada para separar el suero o plasma, donde se encuentran las benzodiacepinas, de los componentes celulares de la sangre. Las técnicas analíticas habitualmente empleadas son la cromatografía de gases (GC) y la espectrometría de masas (MS). En la cromatografía de gases, las benzodiacepinas se separan según su estructura molecular y se detectan con un detector sensible. En la espectrometría de masas, las sustancias se fragmentan y se analizan los fragmentos para identificar y cuantificar la sustancia presente.

Los resultados del análisis finalmente se comparan con estándares conocidos para determinar la concentración exacta de benzodiacepinas en la muestra de sangre del paciente. El informe detallará la presencia y cantidad detectadas, resultado que usarán los médicos y especialistas para evaluar el uso adecuado de estas sustancias por parte del paciente y para otros fines médicos.

Es esencial que el análisis de benzodiacepinas en sangre se realice en laboratorios clínicos certificados y bajo la supervisión de personal técnico capacitado para garantizar resultados precisos y confiables. Por eso con Ambar Lab puedes estar tranquilo, porque nuestro laboratorio se conforma de un grupo de personas dispuestas a atender a tus necesidades y a responder a estas con soluciones a medida y actualizadas. Si quieres saber más sobre nuestras áreas destacadas o tienes alguna duda solamente tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo para que podamos darte una respuesta personalizada.

La benzodiacepina es un tipo de medicación empleado en casos de ansiedad, fobias, depresión y otros trastornos. 

Ayudan a reducir los síntomas de ansiedad y a calmar el sistema nervioso central gracias a su efecto ansiolítico, hipnótico, antiepiléptico y relajante muscular.

Deben tomarse bajo control y prescripción médica, e incluso en esos casos es posible que este medicamento derive en adicción.

En el caso específico del desarrollo de una dependencia a la benzodiacepina, la fase inicial de desintoxicación se lleva a cabo de manera gradual. 

Este paso es crucial debido a los efectos adversos que pueden surgir si se interrumpe bruscamente el uso de estos fármacos. 

Poco a poco y guiado por un médico especialista el paciente podrá recuperarse de la dependencia y prevenir recaídas o efectos rebote.

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