Las enfermedades autoinmunes se originan debido a un fallo en el sistema de defensas del cuerpo. Concretamente, una enfermedad autoinmune es una condición en la cual nuestro sistema inmune ataca a órganos y tejidos propios que se encuentran sanos. Esto elude la normal distinción que hace el sistema inmune cuando define qué es propio del cuerpo y qué no lo es.
En circunstancias ordinarias, el sistema inmune distingue los agentes externos y así nos defiende de virus y bacterias, pero en el caso de una enfermedad autoinmune, la respuesta es exagerada y ocasiona la destrucción de órganos o tejidos sanos. Se trata de un autoataque del sistema inmune que actúa como si el propio cuerpo fuera un agente extraño.
El tipo de enfermedad estará determinado por el sistema y órgano afectado por este autoataque. Puede que la pérdida de la tolerancia inmunológica genere un daño determinado y los anticuerpos o células autoinmunes solo destruyan un tipo celular. Esto sucede en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y las células del páncreas, mientras que en casos como el lupus eritematoso sistémico, el ataque puede ser general.
Es común preguntarse si existen factores que sean desencadenantes para padecer de una enfermedad autoinmune. Se sabe que existe un componente que es hereditario (como lo pueden ser ciertas combinaciones genéticas) y también factores ambientales que se convierten en desencadenantes para que el sistema inmunitario se active. Estos factores son de lo más variado e incluyen desde fármacos hasta alimentos pasando por factores psicológicos, socioeconómicos, hábitos o factores climáticos.
