Ferritina baja: causas y tratamiento

ferretina baja

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Cuando el médico nos recomienda un análisis de sangre, normalmente es porque hay sospecha de que algún nivel de todos los elementos, proteínas y células que la formal no sea el correcto. Este líquido es capaz de darnos muchísima información valiosa sobre el funcionamiento de todo nuestro organismo. Es normal que, si no hemos estudiado medicina o algún curso relacionado con la salud, no sepamos todos los elementos que la forman. 

Seguro que conoces algunos, los más ‘populares’, por así decirlo, pero en realidad la sangre es un tejido vivo formado tanto por líquidos como por sólidos. La parte líquida, el plasma, contiene agua, sales y proteínas. La parte sólida contiene los famosos glóbulos rojos, blancos y las plaquetas. La proteína de la que queremos hablar hoy puede que sea poco conocida, pero está relacionada con otro componente fundamental, el hierro, cuya misión es producir glóbulos rojos saludables.

Para que el hierro pueda cumplir su objetivo, necesita que ‘algo’ lo almacene y lo libere cuando sea necesario; ahí tenemos a nuestra protagonista: la ferritina. Sin ella el control de hierro no existiría y nuestro organismo tendría serios problemas para transportar oxígeno a todas las células del cuerpo. De ahí que su análisis suelan pedirse a menudo para descartar problemas o enfermedades. Hoy daremos un poco de visibilidad a esta proteína y explicaremos qué hacer si sus niveles son bajos.

¿Qué es la ferritina?

Como ya hemos avanzado, esta proteína, presente en la sangre, se encarga de retener y liberar el hierro que ingerimos. Es capaz de almacenar dentro de ella hasta 4500 átomos de hierro, que libera según las necesidades de nuestro organismo. Es, sin duda, una proteína increíblemente importante, sin la que no podríamos vivir. Entre ella y el elemento que almacena (el hierro) existe una relación de proporcionalidad: a mayor nivel de hierro en sangre, mayor valor de ferritina y viceversa. Ambos componentes trabajan en equipo para que los valores jamás sean ni demasiado altos ni demasiado bajos, regulándose mutuamente.

Lo mejor de la ferritina es que es capaz de almacenar el hierro sin provocarle ningún tipo de toxicidad. Hay que tener en cuenta que este oligoelemento puede ser dañino si se encuentra de forma libre en el organismo. Sin embargo, al mismo tiempo es un mineral esencial, capaz de:

  • Formar parte de la hemoglobina, encargada de transportar oxígeno de los pulmones a los tejidos.
  • Formar parte de la mioglobina, la cual almacena oxígeno en los músculos.
  • Participar en la producción de energía celular.
  • Contribuir a la síntesis de ADN y al crecimiento de las células.
  • Participar en el sistema inmunológico y en la producción de células inmunitarias.

 

Es curioso cómo un solo mineral puede al mismo tiempo, ayudar a desarrollar todo nuestro organismo o a darle ‘problemas’ si no se controla. Para eso está la ferritina, para equilibrar el hierro y asegurarse de que no haya ‘más de la cuenta’. Sin embargo, existen ciertos grupos de personas que son más vulnerables a la ferritina baja:

  • Mujeres en edad fértil, ya que pierden cantidades de sangre durante la menstruación.
  • Embarazadas (se necesita más cantidad de hierro para el feto).
  • Personas con trastornos digestivos en los que la absorción de nutrientes pueda verse afectada.
  • Vegetarianos y veganos si no sustituyen la ingesta de hierro de fuentes animales por otras adecuadas a su dieta.
  • Personas con enfermedades crónicas que puedan afectar a la absorción de hierro o que aumentan la demanda de este mineral.

Ferritina baja en sangre

Si el médico tiene sospechas de que pueden existir niveles bajos de ferritina en sangre, lo primero que hará será pedir un análisis sanguíneo. Ahí aparecerán todos los resultados que necesitará. El paciente simplemente tendrá que aportar una muestra de sangre para conocer sus niveles de esta proteína. Los valores normales son:

  • En mujeres: de 18 a 200 ng/ml.
  • En hombres: de 30 a 300 ng/ml.
  • En recién nacidos: de 25 a 200 ng/ml.
  • En niños de entre 6 meses y 15 años de edad: de 7 a 150 ng/ml.

 

Si el análisis da algún resultado, sea el que sea, por debajo de los valores que acabamos de comentar respecto a cada categoría, significa que el paciente tiene un valor de ferritina (y por tanto de hierro) bajo en su organismo.

Con este diagnóstico en mano y la causa del problema detectada, el médico podrá generar un tratamiento adecuado a la persona y teniendo siempre en cuenta su historial médico. Es posible que también se tengan que realizar pruebas adicionales para encontrar el origen de esta deficiencia.

Síntomas 

La parte ‘positiva’ de tener un descenso de ferritina en sangre es que aparecen síntomas. Somos conscientes de que decir esto es contradictorio, pero hay que tener en cuenta que, si aparecen cambios corporales que indiquen que algo va mal es mucho más rápido de detectar y de solucionar. Una rápida detección, en muchos casos, puede salvar vidas. Entre los síntomas más comunes de la ferritina baja podemos encontrar:

  • Fatiga y debilidad. Este síntoma está relacionado con la anemia y se caracteriza por un agotamiento extremo que impide a la persona realizar sus actividades habituales. Siente, por así decirlo, un cansancio crónico.

 

  • Pagofagia. Aunque no es de los síntomas más comunes, está relacionado con la falta de hierro y ferritina. Es un trastorno caracterizado por una necesidad incontrolable de comer y masticar hielo.

 

  • Problemas respiratorios. Necesitamos hierro para que la hemoglobina transporte correctamente el oxígeno a todos los tejidos. Un nival de ferritina bajo puede alterar este proceso y provocar afecciones respiratorias.

 

  • Cabello y uñas débiles. Es en la sangre donde están todos los nutrientes responsables de fortalecer ls folículos pilosos en los que nacen los pelos de nuestro cuerpo. Una cantidad baja de hierro los debilita, haciendo que el pelo no tenga fuerza de sujeción y se caiga. La ferritina baja también puede afectar a las uñas, haciendo que se partan fácilmente.

 

  • Piernas inquietas. Este es uno de los síntomas que pueden confundirse con otra afección fácilmente, por eso conviene saber que la ferritina baja puede provocar la necesidad de mover las piernas constantemente.

 

  • Mareos. Si la causa de la baja ferritina es una anemia ferropénica, puede que el paciente note mareos y debilidad.

 

Otros síntomas de la ferritina baja (que también aparecen en otras enfermedades) son una frecuencia cardíaca rápida o irregular, dolor de cabeza, dificultad para respirar mientras se practica ejercicio e intolerancia al frío.

Causas de la ferritina baja

Las causas más probables del hierro bajo, incluso con los niveles de hemoglobina correctos, son varias. Siempre suele asociarse tener la ferritina baja a la anemia, pero aunque existe un porcentaje elevado, no siempre es así y la razón radica en otro problema. Por eso queremos hablar de las causas más probables por las que una persona puede sufrir este desequilibrio, que podría llegar a ser peligroso para la salud si no se trata:

Anemia. Esta afección ocurre cuando la sangre no transporta suficiente oxígeno a todo el cuerpo. La causa más común es la falta de hierro, ya que es este mineral el encargado de transportar el preciado oxígeno a todas las células. El tipo de anemia más relacionado con una cantidad menor de ferritina es la anemia ferropénica. Es, a su vez, la forma más frecuente de anemia y se produce cuando el organismo no tiene suficiente hierro para generar glóbulos rojos saludables. 

Puede aparecer si el cuerpo, por sí solo, no es capaz de absorber correctamente el hierro que le proporcionamos a través de neura dieta, si en realidad esta no tiene un suficiente contenido de hierro o si nuestro organismo necesita más cantidad de este mineral de lo normal por embarazo o lactancia. Existen otros casos en lo que se genera una insuficiencia de hierro que puede derivar en anemia por deficiencia del mismo: celiaquía, sangrados frecuentes, cirugía bariátrica, ingesta anormal de antiácidos, uso demasiado frecuente de la aspirina y menstruaciones intensas y reiteradas.

Hipotiroidismo. Esta afección dificulta la absorción de hierro. La tiroides se encarga de segregar hormonas y es una glándula endocrina situada en el cuello. Es fundamental en nuestro organismo y uno de sus principales componentes, ya que controla la temperatura corporal, el ritmo de los latidos del corazón, la rapidez a la hora de perder peso y mucha otras funciones. Cuando no funciona correctamente, es decir, si no segrega el número de hormonas correcto, la persona sufre hipotiroidismo.

Esta enfermedad afecta más a las mujeres que a los hombres y dificulta también la absorción de hierro porque el organismo deja producir ácido clorhídrico. El paciente tendrá que tomar hormona sintética a diario para corregir las consecuencias de esta condición.

Enfermedad renal. Cualquier problema que afecte a los riñones puede poner en riesgo la producción de eritropoyetina, coordinada por estos órganos. Esta sustancia, que participa en la formación de glóbulos rojos, hace que muchas veces los niveles bajos de ferritina sean ‘por su culpa’ y aparezcan enfermedades renales. Muchos pacientes tienen que tomar suplementos de hierro cuando aparecen.

Alimentación desequilibrada. Jamás nos cansaremos de repetir que somos lo que comemos. El cuerpo no es capaz de crear hierro por sí mismo, por lo que la cantidad que tengamos en el cuerpo es en realidad la que ingerimos en nuestro día a día. Si no llevamos una dieta equilibrada comprometemos nuestra nutrición y el correcto funcionamiento de todos los ‘engranajes’ que forman el organismo , causando, por ejemplo, un déficit de hierro en sangre.

La mejor forma de evitar la ferritina baja a través de la dieta es no seguir pautas alimenticias que veas en revistas que no sean médicas o profesionales, sobre todo si prometen cosas imposibles, como adelgazar en poco tiempo. Prescindir del consumo de cualquier grupo alimenticio es perjudicial para la salud; lo mejor es comer un poco de todo y, si hay algún problema, acudir a tu médico de cabecera.

Tratamientos médicos. Ciertos tratamientos muy agresivos con el cuerpo, como la quimioterapia, pueden provoca niveles bajos de ferritina. Los componentes que se utilizan pueden matar glóbulos rojos sanos antes de que su vida útil finalice, cosa que de por sí disminuirá la cantidad de hierro.

Tratamiento de la ferritina baja

Como en cualquier tratamiento, volver a tener niveles normales de ferritina dependerá de la causa del descenso, del estado físico de la persona y de su historial médico. Normalmente, los pacientes con anemia suelen consumir alimentos ricos en hierro (berro, perejil, tomate, remolacha, zanahoria…) para darle a su cuerpo la cantidad de este mineral que necesita. Si se dan casos más graves es posible que el paciente necesite tomar suplementos de hierro.

El objetivo de cualquier tratamiento en este sentido siempre será normalizar los valores y evitar que el organismo se oxigene mal para prevenir cualquier afección posterior. Si la ferritina baja es el efecto secundario de una enfermedad como el hipotiroidismo, en cuanto se comience el tratamiento los valores deberían normalizarse poco a poco. 

Sin embargo, si lo que ocurre es que el cuerpo no es capaz de almacenar o utilizar de forma correcta el hierro, la mayor parte de las veces el tratamiento consistirá en el consumo de suplementos alimenticios de hierro, muy útiles a la hora de prevenir anemia crónica. La dosis la dictará el médico y jamás se podrá tomar más o menos de la cuenta. Seguir las instrucciones del profesional de la salud será fundamental para poder ayudar al cuerpo a recuperar los valores normales según la propia persona.

Como ves, un pequeño y simple análisis de sangre puede desvelarnos muchos datos sobre nuestro estado de salud y detectar la causa de síntomas que no entendíamos por qué ocurrían. De ahí que, desde Ambar Lab, siempre recomendemos realizar un análisis al año para poder observar si algún dato o medida cambiado y corregirlo cuando antes. 

En nuestro laboratorio ofrecemos más de 3.000 pruebas de laboratorio, el acompañamiento en la gestión de un negocio y el desarrollo de nuevos proyectos. Puedes consultar nuestro catálogo de pruebas o, si tienes alguna duda en concreto, ponerte en contacto con nuestro equipo, que encontrará una solución adecuada a tus necesidades.

 

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