Cualquier descubrimiento sobre el cuerpo humano o sus componentes ayuda a los profesionales de la salud a entender mejor cómo funciona y, por tanto, a dar soluciones más específicas, rápidas y que hagan sufrir al paciente lo mínimo posible. Investigar a un nivel más pequeño suele ser la clave, de ahí que los inmunocomplejos se hayan y lleven ya tiempo siendo de gran utilidad clínica.
Estas estructuras, formadas por la unión de 2 componentes, pueden darnos muchas respuestas sobre el sistema inmunológico de los seres humanos y su comportamiento al recibir, analizar y eliminar sustancias extrañas o que no tendrían que estar en el organismo. Dada su importancia hoy veremos cómo de útil puede ser su análisis en los laboratorios y cuál es su función o funciones exactas.
¿Qué son los inmunocomplejos?
Los inmunocomplejos, como hemos adelantado, son estructuras formadas por la unión de 2 complejos, en este caso antígenos y anticuerpos. Ambos están estrechamente relacionados con el sistema inmunológico del cuerpo humano, ya que uno lo ataca y el otro lo defiende. Uno es la respuesta del otro, y una de las respuestas a un ataque externo del ser humano es fusionarla a ambas es un solo complejo.
Esta interacción ayuda a neutralizar y eliminar sustancias extrañas, como microorganismos y toxinas. El proceso comienza cuando el sistema inmunitario detecta un antígeno y los linfocitos B se activan y se convierten en células plasmáticas, que producen anticuerpos específicos para ese invasor externo. Estos anticuerpos poseen sitios de unión llamados paratopes, que reconocen y se unen a lugares específicos en el antígeno, llamados en este caso epitopes.
La unión entre un anticuerpo y un antígeno se basa en interacciones no covalentes, como enlaces de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals, enlaces iónicos y fuerzas hidrofóbicas. Esta interacción puede dar lugar a la formación de estructuras más grandes y complejas, que serían los inmunocomplejos. Su tamaño puede ir desde pequeños compuestos, con un antígeno unido a un anticuerpo, hasta grandes agregados de varios antígenos y anticuerpos unidos en una red compleja.
Tienen también la capacidad de activar el sistema del complemento, un conjunto de proteínas plasmáticas que facilitan la opsonización y fagocitosis de los inmunocomplejos, así como la lisis directa de los patógenos. Normalmente el cuerpo los elimina de forma natural a través del sistema reticuloendotelial (incluye hígado y bazo). Los fagocitos, como los macrófagos y neutrófilos, ingieren y degradan los inmunocomplejos. Sin embargo, también puede ocurrir que no se eliminen y acaben quedándose en los tejidos y causar inflamación y daño. De hecho, es muy frecuente que derive en enfermedades, como lupus eritematoso sistémico, glomerulonefritis y vasculitis.
Función
Sin embargo, los inmunocomplejos, pese a que su presencia no requerida en el cuerpo puede causar problemas, también cumplen una serie de funciones de suma importancia en el sistema inmunitario. Neutralizan patógenos al unirse a antígenos, impidiendo que virus, bacterias y toxinas infecten o dañen las células del cuerpo. También se encargan de marcarlos para su destrucción por parte de células inmunitarias como macrófagos y neutrófilos. De esta forma ayuda a facilitar el proceso de fagocitosis y su definitiva eliminación. Activan el sistema del complemento, un conjunto de proteínas plasmáticas que ayuda a destruir patógenos, promover la inflamación y facilitar la eliminación de los inmunocomplejos.
Su activación y la liberación de mediadores inflamatorios por las células inmunitarias atraídas al sitio de los inmunocomplejos contribuye a generar inflamación, ayudando a contener y eliminar la infección. Son capaces a su vez de eliminar antígenos solubles y complejos inmunes formados con las células infectadas o dañadas del cuerpo, manteniendo la homeostasis y previniendo el daño tisular.
Enfermedades relacionadas
Como hemos comentado, la acumulación de inmunocomplejos en áreas en las que no deberían estar durante tanto tiempo, como en los tejidos, puede desencadenar una respuesta inflamatoria y daño tisular. Algunas de las principales enfermedades relacionadas con los inmunocomplejos son:
Lupus eritematoso sistémico (LES)
Esta enfermedad autoinmune hace que los inmunocomplejos se depositen en varios órganos, incluyendo la piel, las articulaciones, los riñones y el sistema nervioso central y causen inflamación y daño.
Glomerulonefritis
Consiste en una inflamación de los glomérulos en los riñones producida por una acumulación de inmunocomplejos en los glomérulos, lo que lleva a la activación del complemento y daño renal. Un ejemplo específico es la glomerulonefritis postestreptocócica.
Artritis reumatoide
En esta enfermedad autoinmune los inmunocomplejos se depositan en las articulaciones, lo que provoca inflamación crónica y daño en el cartílago y en el hueso.
Vasculitis
Consiste en una inflamación de los vasos sanguíneos porque los inmunocomplejos acaban en las paredes de los vasos sanguíneos. Algunos ejemplos serían la poliarteritis nodosa y la enfermedad de Henoch-Schönlein.
Enfermedad del suero
Ocurre cuando se forman inmunocomplejos en respuesta a la administración de suero u otros medicamentos de origen animal. Si el cuerpo reacciona puede generar fiebre, erupciones cutáneas, artralgia y glomerulonefritis.
Crioglobulinemia
Consiste en la formación de inmunocomplejos con unas proteínas llamadas crioglobulinas. Estos complejos se depositan en los vasos sanguíneos y causan vasculitis, principalmente en la piel, en las articulaciones, en los nervios y en los riñones.
Endocarditis bacteriana subaguda
Los inmunocomplejos se depositan en los riñones y otros órganos, causando glomerulonefritis y otras complicaciones.
Reacciones alérgicas tipo III
Estas incluyen reacciones a algunos medicamentos y antígenos infecciosos, donde la formación de inmunocomplejos provoca inflamación y daño tisular.
Pruebas inmunológicas
Actualmente existen pruebas de laboratorio capaces de evaluar la respuesta del sistema inmunitario de un paciente en distintos casos y enfermedades. Estas también pueden ayudar si los inmunocomplejos han llegado a causar algún problema, así que es útil saber cuáles son las más comunes:
Pruebas de anticuerpos (serología)
En este tipo de análisis es necesario destacar 3:
- ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay). Se emplea para detectar anticuerpos específicos en la sangre (VIH, hepatitis B y C, entre otras infecciones virales y bacterianas).
- Western Blot. Utilizada para confirmar resultados positivos de ELISA, especialmente en el diagnóstico de VIH.
- Inmunofluorescencia. Empleada para detectar anticuerpos específicos en el suero, a menudo para enfermedades autoinmunes.
Pruebas de antígenos
Esta es actualmente mucho más conocida entre la población en general gracias a su uso en diagnósticos rápidos de infecciones como COVID-19 e influenza, detectando la presencia de proteínas específicas del patógeno.
Inmunoensayo de quimioluminiscencia (CLIA
Se usa para detectar antígenos y anticuerpos en la sangre con alta sensibilidad y especificidad. También se aplica en diagnósticos de diversas enfermedades infecciosas y autoinmunes.
Pruebas de inmunidad celular
En esta caso debemos destacar la prueba de proliferación de linfocitos, que evalúa la capacidad de estos para proliferar en respuesta a antígenos específicos y el ensayo de liberación de interferón gamma (IGRA), usado para detectar infecciones por Mycobacterium tuberculosis (tuberculosis).
Pruebas de autoanticuerpos
Como en el primer caso, son dignas de mención 3 pruebas:
- ANA (anticuerpos antinucleares), empleadas para enfermedades autoinmunes como el lupus.
- Anticuerpos anti-ADN de doble cadena, utilizados en el diagnóstico de lupus eritematoso sistémico.
- Anticuerpos antitiroideos, empleadas para diagnosticar enfermedades autoinmunes de la tiroides como la enfermedad de Hashimoto y la enfermedad de Graves.
Pruebas de alergia
Estos análisis serán muy familiares para las personas con alergia, pues seguro que en algún momento han pasado por las pruebas cutáneas de alergia, utilizadas para detectar alergias a diversas sustancias o las de IgE específica, que mide los niveles de IgE para diferentes alérgenos en la sangre.
Todas estas pruebas son esenciales en la práctica clínica para el diagnóstico, monitoreo y manejo de diversas condiciones inmunológicas e infecciosas. Un laboratorio como Ambar Lab, capaz de realizar más de 3000 pruebas de laboratorio, puede ser un aliado indispensable en cualquier negocio relacionado con la salud.
Utilidad clínica
Si seguimos hablando de clínicas, no podemos dejar de lado todas las utilidades que los inmunocomplejos pueden tener en este sector, ya que pueden ayudar en:
Diagnóstico de enfermedades
La detección de inmunocomplejos en el suero o en tejidos puede ayudar en el diagnóstico de diversas enfermedades, como el lupus eritematoso sistémico (LES), la artritis reumatoide, la glomerulonefritis y/o la vasculitis.
Evaluación de la actividad
La cuantificación de sus niveles en suero puede proporcionar información sobre la actividad de enfermedades autoinmunes e inflamatorias para ayudar a la monitorización y ajuste del tratamiento.
Pronóstico
A veces los niveles elevados de inmunocomplejos pueden estar asociados a un peor pronóstico en enfermedades como lupus y glomerulonefritis. Su análisis y control puede ayudar a los profesionales de la salud a tomar mejores decisiones terapéuticas.
Seguimiento de la respuesta al tratamiento
Los cambios en los niveles de inmunocomplejos suelen reflejar la respuesta del paciente al tratamiento. Podemos usarlos para ayudar a evaluar la eficacia terapéutica y ajustar la gestión clínica si fuese necesario.
Investigación biomédica
Los inmunocomplejos se utilizan en la investigación biomédica para estudiar la patogénesis de enfermedades autoinmunes, inflamatorias e infecciosas, así como para desarrollar y evaluar nuevas terapias.
La detección y cuantificación de los inmunocomplejos tiene una gran utilidad clínica en el diagnóstico, seguimiento y manejo de diversas enfermedades, así como en la investigación biomédica para comprender mejor los mecanismos subyacentes de estas condiciones y desarrollar mejores enfoques terapéuticos.
De ahí que en Ambar Lab estemos más que preparados no solo para ofrecerte las pruebas de laboratorio que buscas sino el acompañamiento en la gestión de tu negocio y el desarrollo de nuevos proyectos. Si tienes alguna duda en concreto o quieres que comencemos a trabajar juntos solamente tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo para que podamos aconsejarte de forma más personalizada.