Hoy en día sabemos que cualquier pequeña alteración en una proteína de nuestro cuerpo puede desencadenar una serie de condiciones que acaben convirtiéndose en graves problemas de salud en un futuro. Prueba de ello son las interleucinas (o interleuquinas), unas proteínas que podemos encontrar alteradas en algunas enfermedades muy raras.
Encontrar estas anomalías y diagnosticarlas a tiempo es clave para que los médicos comiencen con el tratamiento adecuado a la enfermedad y a las necesidades específicas del paciente. Observar el comportamiento de algunas proteínas puede servir como indicadores de alguna irregularidad en el correcto funcionamiento del organismo. Por ello, en el post de hoy vamos a hablar de las interleucinas, de las clases que hay y de qué puede significar su análisis.
¿Qué son las interleucinas?
Las interleucinas son un tipo de proteínas que elaboran los leucocitos y otras células del organismo. Estas proteínas son, a su vez, un grupo de citocinas, por lo que desempeñan una función inmunológica.
La función de las interleucinas es la comunicación entre células. Funcionan como mensajeras entre las distintas subpoblaciones leucocitarias, por lo que también participan en la respuesta del sistema inmunitario. Son, de hecho, el principal medio de comunicación intracelular cuando se produce una invasión microbiana. Son ellas las encargadas de iniciar una respuesta inflamatoria y definir la magnitud y naturaleza de la respuesta inmunitaria específica. Se producen durante la activación de la inmunidad innata y adquirida.
En resumidas cuentas, además de una función tan importante como la de la comunicación entre células, su crecimiento, diferenciación y movilidad, las interleucinas también se encargan de funciones inmunológicas, como las de regular respuestas (inflamación). Hoy en día conocemos un total de 33 tipos, completamente distintas entre sí. Algunas de ellas son benignas, pero otras pueden indicar procesos nocivos para el organismo.
La interleucina, como ocurre con otras proteínas de la familia de las citoquinas, no se almacena en el interior de las células, sino que se segrega rápida y brevemente como respuesta a estímulos. Pongamos un ejemplo de infección para ver cómo actuarían estas proteínas:
- El organismo produce interleucinas como respuesta a una infección. Éstas se trasladan a la célula diana (el objetivo).
- Una vez llegan a su destino, un receptor (una molécula que se encuentra en la superficie de la célula) hace que se una a ella.
- La interacción provoca una cascada de señales en la célula diana que acaba alterando su comportamiento.
Las interleucinas fueron identificadas por primera vez en los años 70. Por aquel entonces los científicos pensaron que eran los lecucocitos los que producían esta proteína y que solamente actuaban sobre ellos. De ahí que se bautizasen inter-leucinas (‘entre leucocitos’). Sí es cierto que los leucocitos están implicados en la respuesta inmune. Por eso se pensaba que la interleucina funcionaba solo como modulador de los mecanismos inmunológicos. Aunque esta proteína sí tiene esta función, las investigaciones que se han realizado hasta la fecha han demostrado que también las producen otras células y que intervienen en otros mecanismos fisiológicos.
Las funciones de las interleucinas son muchas, como las de activar el endotelio, aumentar la permeabilidad vascular (facilitando el traslado de células de inmunidad del torrente sanguíneo al tejido), promover la secreción de anticuerpos y controlar la respuesta de los linfocitos T.
Tipos de interleucinas
Ya hemos comentado que algunas interleucinas tienen funciones pro-inflamatorias y otras anti-inflamatorias. Como citoquina, esta proteína es capaz de comunicar células, reclutando o inhibiendo las funciones de algunas específicas (como células dendríticas), regulando la proliferación y diferenciación celular, activando o inhibiendo la expresión de algunos genes, etc. el hecho de poder comunicar al resto de células que está habiendo ‘un problema’ se puede, a su vez, generar una respuesta innata o adaptativa. Las citoquinas son, en definitiva, la base de la respuesta inmune.
Existen, como hemos dicho, 33 tipos de interleucinas conocidas hasta la fecha. A continuación explicaremos los más importantes:
Interleucina – 1. Es un polipéptido del que existen dos formas (IL-1 e IL-1ß) con una homología de apenas el 26%. Estas 2 citocinas actúan sobre el mismo receptor, por el que también compite el antagonista del receptor de la IL-1 (IL-1ra). Esta sustancia impedirá la actuación de la IL-1. Ésta actúa generalmente de manera intracelular y no se encuentra en la circulación general excepto en casos de enfermedad grave. La IL-1ß, en cambio, es la forma predominante en el espacio extracelular. Los macrófagos activados son la principal fuente fisiológica de IL-1, que destaca por su capacidad proinflamatoria.
Interleucina – 2. Actúa al promover la proliferación de células T. Los linfocitos T activados son los encargados, generalmente, de producirla, formando parte de la respuesta de tipo Th1. Lleva a cabo su acción biológica a través de un receptor de membrana, constituido por tres subunidades ß. Cuando se activa el linfocito se libera al suero, en forma de receptor soluble, la subunidad o p55. En una persona sana hay ciertos niveles del receptor soluble de la IL-2, mientras que en un individuo enfermo se pueden observar niveles superiores a los normales. Este hecho refleja una excesiva activación linfocitaria.
Interleucina – 3. La producen principalmente los linfocitos T e interviene en los estadios iniciales de la hematopoyesis. Incita el crecimiento y la diferenciación de las células precursoras hematopoyéticas. Por eso también se conoce a la interleucina 3 como ‘multi-CSF’.
Interleucina – 4. También se origina en los linfocitos T activados y actúa preferentemente promoviendo la activación, proliferación y diferenciación de los linfocitos B. Interviene en la inducción de las células Th2 (regulan la inmunidad humoral).
Interleucina – 5. Produce por los linfocitos T activados, actúa como factor estimulador de la activación, crecimiento y diferenciación de los linfocitos B. Es el principal factor regulador de la eosinofilia. El cáncer de pulmón y otros tumores suelen producirla.
Interleucina – 6. Se origina en diversos tipos celulares. Destacan los macrófagos, los monocitos, los fibroblastos y las células endoteliales. Regula la respuesta inmunológica en la hematopoyesis y tiene efectos proinflamatorios y antiinflamatorios. Produce sus efectos biológicos a través de un receptor de membrana compuesto por dos subunidades R-IL-6 y gp 130. Estos 2 receptores se solubilizan cuando se han unido a la IL-6. Sin embargo, mientras que el sR-IL-6 actúa como agonista de la IL-6, el gp 130 soluble antagoniza la acción de la IL-6.
Interleucina – 7. Actúa estimulando el desarrollo de las células precursoras de los linfocitos B y T. Tiene también actividad antitumoral, ya que aumenta la producción de linfocitos T citotóxicos y de células NK.
Interleucina – 8. Actúa como factor quimiotáctico para los leucocitos (sobre todo neutrófilos). También favorece su degranulación y estimula la fagocitosis. Debe ser incluida dentro del grupo de las quimocinas, que intervienen en la inflamación, induciendo la quimiotaxis y la activación celular de numerosas células que participan en procesos inflamatorios.
Interleucina – 9. Es una glucoproteína con capacidad mitogénica y capaz de inducir la proliferación de células T. Podría estar implicada en el desarrollo de tumores de células T.
Interleucina – 10. Está producida por los linfocitos T de tipo Th2 con capacidad de inhibir la síntesis de IFN y de IL-2 por parte de los éstos. Es la principal citocina antiinflamatoria y actúa inhibiendo la síntesis de IL-1, IL-6 y TNF por parte de los macrófagos.
Interleucina – 11. Esta proteína la producen las células del estroma de la médula ósea y las células mesenquimáticas. Está relacionada con otras sustancias del grupo de las citocinas que incluye la IL-6, el factor inhibidor de la leucemia (LIF), la oncostatina-M (OSM) y el factor neurotrófico ciliar (CNTF). Se caracterizan por utilizar el transductor gp 130. La IL-11 actúa sobre las células hematopoyéticas, las células hepáticas (induciendo las proteínas de fase aguda) y las células epiteliales intestinales. Sobre ellas actúa mediando su protección y regeneración. A diferencia de la IL-6, tiene escaso efecto sobre los linfocitos.
Interleucina – 12. Esta glucoproteína de 70 kDa actúa sobre linfocitos T de tipo Th1 induce la síntesis de IFN y IL-2. También es capaz de reducir la producción de IL-4, IL-5 e IL-10 de las células Th2.
Interleucina – 13. Regula la función de monocitos y células B. Disminuye la producción de interleucinas proinflamatorias y de quimocinas y aumenta la producción de IL-1-RA.
Interleucina – 14. Designa al factor de crecimiento de las células B de elevado peso molecular (HMW-BCGF).
Interleucina – 15. Tiene una actividad biológica parecida a la IL-2, pero no actúa sobre las mismas células. emplea como unidades de transducción los receptores ß (p75) y (p64) del sistema receptor de la IL-2.
Interleucina – 16. Es una citocina proinflamatoria secretada por células CD8 activadas. Promueve la quimiotaxis y la expresión del receptor de IL-2 y de HLA-DR.
Interleucina – 17. Es una glucoproteína de 155 aminoácidos producida por células T CD4+ estimuladas. Aumenta la expresión de ICAM-1 en fibroblastos y es capaz de estimular la secreción de IL-6, IL-8 y G-CSF por parte de células epiteliales, endoteliales y fibroblastos.
Interleucina – 18. Esta citocina induce la síntesis de IFN. Tiene un efecto sinérgico con la IL-12 en cuanto a la producción de IFN por parte de los linfocitos T. Esta proteína aumenta la producción de IL-2 y la expresión de la cadena del receptor de la IL-2. Participa en la regulación de la respuesta de tipo Th1 y puede, asimismo, disminuir la producción de IL-10.
Conclusiones
Este tipo de citocinas tienen como función principal ser las comunicadoras entre células. Un fallo en este aspecto puede hacer que el mensaje no llegue a todas las partes que sean necesarias y, por lo tanto, una parte del cuerpo no sepa que se está enfrentando a un peligro. Por ello, un análisis de estas proteínas ayuda a detectar cualquier anomalía. En AmbarLab tenemos a tu disposición más de 3000 pruebas de laboratorio. Estamos orgullosos de poder decir que nuestro equipo de especialistas sabrá atender tus necesidades específicas, así que si tienes cualquier consulta no dudes en ponerte en contacto con nosotros.