Panel molecular de patógenos de transmisión sexual

patógenos de transmisión sexual

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¿Qué son las ETS?

Las ETS, o enfermedades de transmisión sexual, son infecciones causadas por patógenos de transmisión sexual. Estos se transmiten de una persona a otra a gracias a la actividad sexual y el contacto íntimo. Son enfermedades que muchas veces no provocan síntomas, o estos son muy leves. Por este motivo, una persona podrá están infectada, no saberlo y contagiarlo. Por ello, diagnosticarlas con tiempo es una de las mejores formas de poder frenar la incidencia, en incremento constante sobre todo entre los jóvenes. 

Las ETS pueden provocar secuelas en la salud reproductiva y sexual. Una PCR puede detectar de forma exacta si existen patógenos de transmisión sexual en el cuerpo de un individuo, generando un diagnóstico específico y rápido. Para realizar la PCR se necesita un hisopado uretral, vaginal o una muestra de orina.

Tipos de patógenos de transmisión sexual

Existen más de 19 microorganismos patógenos de transmisión sexual identificados. A continuación explicaremos los más comunes:

  • Chlamydia trachomatis. Conocida popularmente como ‘clamidia’ o ‘la epidemia silenciosa’. Las infecciones por esta bacteria son muy comunes, pero muy pocas personas son conscientes de que la tienen. Se puede curar fácilmente con antibióticos, pero si no se trata puede tener consecuencias muy graves. Por ejemplo, la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que afecta al útero, los ovarios y a otros órganos reproductivos femeninos.
  • Neisseria gonorrhoeae. Se suele llamar a esta enfermedad gonorrea. Puede provocar EIP, infertilidad y otras complicaciones si no se toman antibióticos. Puede que, especialmente en las mujeres, esta bacteria no cause síntomas, pero las consecuencias de no tratarla a tiempo pueden ser graves. Si existen posibilidades, lo más recomendable es realizarse una PCR.
  • Mycoplasma genitallium. Es la bacteria autorreplicante más pequeña descubierta hasta la fecha. Como las 2 anteriores, en la mayoría de las personas no produce síntomas, aunque sí puede producir problemas urogenitales. Sin embargo, es tratable, por lo que cuanto antes se identifique, mejor.
  • Mycoplasma hominis. Se trata de otra bacteria que suele pasar inadvertida y es complicada de diagnosticar. Puede ocasionar, especialmente en mujeres, infecciones del tracto genitourinario e infecciones sistémicas en neonatos. También puede provocar infecciones extragenitales graves, sobre todo en pacientes inmunocomprometidos.
  • Ureaplasma urealyticum. Esta infección puede producir uretritis e infertilidad. En los hombres puede crear alteraciones en la movilidad del esperma. En mujeres embarazadas podría provacar daños al feto e, incluso, provocar un aborto. Se puede tratar con antibióticos y llevando una correcta higiene de la zona urogenital. Utilizar preservativo evitaría el contagio de esta bacteria.
  • Ureaplasma parvum. Aunque se trata de una bacteria presente en la flora genital, puede hacerse patógena y provocar enfermedades. No provoca síntomas, por lo que su diagnóstico es complicado. Puede crear ITSs (infecciones de transmisión sexual).
  • Trichomonas vaginalis. La Trichomonas es uno más de estos patógenos de transmisión sexual. En este caso, produce tricomoniasis, especialmente entre las mujeres jóvenes activas sexualmente. En ellas, la edad más frecuente de la aparición de esta infección está entre los 30-40 años. En los hombres, suele ser asintomática. Puede tratarse con una dosis de antibióticos.
  • Treponema palidum. Esta bacteria es la causante de la sífilis, entre otras enfermedades. Antibióticos como la penicilina pueden acabar con ella.
  • Haemophilus ducreyi. Es la bacteria causante del Chancroide. Puede provocar llagas dolorosas en los genitales y ulceración dolorosa con linfadenopatía asociada. Existen medicamentos para tratarla, recetados por un especialista cualificado.
  • Candidiasis. Esta infección la provoca el hongo candida y tiene muchas variantes (glabatra, krusei, dubliniensis, Guilliermondii, parapsilosis, tropicalis), pero la especie más común es la candida albicans. Puede provocar infecciones superficiales en boca, vagina o piel. Estas, a su vez, producen placas blancas o rojas y prurito o irritación. Se puede tratar con fármacos antifúngicos.
  • Herpes genital. Provocado por el virus del herpes simple, esta enfermedad provoca brotes recurrentes de llagas en el área genital. Permanece en el cuerpo de una persona infectada durante toda su vida. Existen terapias antivirales que pueden reducir la duración de los síntomas.
  • Citomegalovirus. La mayoría de las personas infectadas por el último de los patógenos de transmisión sexual que comentaremos no desarrollan síntomas. Sin embargo, puede ser grave para las personas que que sufren inmunodeficiencia. Estas pueden padecer síntomas similares a los de la mononucleosis infecciosa. Asimismo, pueden correr riesgo los fetos durante el embarazo. El cuerpo es capaz de crear anticuerpos para destruir esta enfermedad. Aun así, si existe algún problema y no lo consigue, se pueden administrar fármacos. Existe, por otra parte, una vacuna en proceso de desarrollo.

Las ETS no afectan de la misma forma a todo el mundo; una persona sana puede tener más dificultades para desarrollar la infección que una con un sistema inmune débil o que padece otras enfermedades, así como una mujer embarazada.

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