Sustancias reductoras en heces: claves para una diagnóstico preciso

sustancias reductoras en heces

Tabla de contenidos

Los trastornos digestivos son una preocupación frecuente en la población en la actualidad. Por suerte, contamos con algunos marcadores que pueden ayudarnos a entender el origen de ciertas afecciones intestinales comunes. Las sustancias reductoras en heces son uno de esos marcadores. Como profesionales de la salud, podemos servirnos para identificar ciertas intolerancias, como la intolerancia a la lactosa.

Por ello, hoy explicamos desde un punto de vista clínico en qué consisten exactamente estas sustancias, cómo influyen en un diagnóstico y cómo se deben emplear en un laboratorio de análisis clínico.

¿Qué son las sustancias reductoras en heces?

Las sustancias reductoras en heces son compuestos químicos presentes en las deposiciones humanas. Tienen la principal capacidad de reducir ciertos reactivos químicos, como el reactivo de Benedict o el reactivo de Fehling (los cuales explicaremos más adelante como casos prácticos). Estos reactivos contienen sales de cobre que se reducen en presencia de sustancias concretas cuyo objetivo es disminuir su número. La aparición de estos elementos en las heces podría indicar la presencia de ciertos trastornos gastrointestinales, como la malabsorción de carbohidratos (lactosa). 

Son, por lo tanto, un marcador excepcional a la hora de detectar este tipo de patologías y otros trastornos gastrointestinales. Si el laboratorio logra identificar en el menor tiempo posible la causa del problema gracias a las sustancias reductoras en heces es posible ofrecer al paciente un diagnóstico y tratamiento mucho más específicos y de forma temprana. Además de ayudar en la identificación, el seguimiento de la cantidad de estos marcadores puede ayudar también a evaluar la efectividad del tratamiento en pacientes con este tipo de trastornos. 

Un análisis también nos puede dar información sobre la dieta del paciente y su capacidad para digerir ciertos alimentos. Con estos datos será posible sugerir una serie de cambios dietéticos para mejorar la salud gastrointestinal del paciente. Como puede observarse, las sustancias reductoras en las heces no solo son útiles para detectar el problema, sino también para hacer un seguimiento del mismo y proporcionar información sobre qué aspectos mejorar en el paciente.

Causas

Si el laboratorio detecta la presencia de sustancias reductoras en las muestras de heces de un paciente, generalmente se puede concluir una de las siguientes causas subyacentes:

Malabsorción de carbohidratos

Si el sistema digestivo es incapaz de descomponer los carbohidratos en sus componentes más simples como la  glucosa, galactosa, fructosa, etc. O, por el contrario, por una deficiencia de enzimas digestivas como la lactasa. Se producen carbohidratos no absorbidos que pasan al intestino grueso. Allí las bacterias intestinales los fermentan y producen ácidos grasos de cadena corta y otros metabolitos que tienen propiedades reductoras.

Inflamación intestinal

Si el intestino tiene alguna afección inflamatoria (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa…), el tejido intestinal dañado puede afectar a la absorción adecuada de nutrientes, incluidos los carbohidratos. La conclusión más común es un aumento de sustancias reductoras en las heces.

Infecciones gastrointestinales

Algunas infecciones bacterianas y parasitarias del tracto gastrointestinal pueden alterar la absorción normal de nutrientes y provocar la presencia de sustancias reductoras en las heces. La causa sería, como en otros casos que hemos comentado, una fermentación anormal de carbohidratos no absorbidos.

Dieta

Este es uno de los motivos más comunes en el aumento de sustancias reductoras en heces. La ingesta de ciertos alimentos ricos en carbohidratos como son azúcares fermentables presentes en frutas, lácteos y legumbres, puede aumentar temporalmente la presencia de estos marcadores. La principal razón es que se produce una fermentación bacteriana en el colon.

Azúcares y heces

Para entender el problema de las sustancias reductoras en heces es necesario saber cuáles son los azúcares que provocan el aumento de estos marcadores. Todos ellos no habrían sido absorbidos completamente durante la digestión y, por lo tanto, el intestino delgado no los habría absorbido. Los más comunes suelen ser:

  • Lactosa. Es uno de los azúcares que más causa problemas digestivos. Está presente en muchos de los alimentos que se ingieren como son la leche o cualquier producto lácteo en general. Si no se absorbe correctamente, pueden aparecer en las heces. Sobre todo en personas intolerantes a la lactosa. En este caso preciso es peor porque la lactasa, la enzima que descompone la lactosa, no existe o está en cantidades reducidas.
  • Fructosa. Presente en muchas frutas y algunos vegetales, este azúcar puede aparecer también en un análisis de heces si no se absorbe correctamente. En este caso la situación es más probable si el paciente tiene intolerancia a la fructosa o su síndrome derivado.
  • Sacarosa. El azúcar de mesa común, presente en la mayoría de alimentos procesados y en frutas y vegetales de forma natural, también puede aparecer en las heces si se produce una malabsorción. Sin embargo, este hecho es mucho menos común que en el caso de la lactosa o  la fructosa.

Todos los azúcares anteriormente mencionados pueden permanecer sin digerir por culpa de alguna deficiencia en las enzimas digestivas que generan descomposición o por trastornos que afectan a su absorción en el intestino delgado. Su presencia en las heces puede indicar problemas de una absorción incorrecta. Por eso las sustancias reductoras en las deposiciones pueden ayudar al laboratorio a detectar cambios de este tipo y dar un diagnóstico preciso.

¿Cómo influye su presencia en los análisis?

La presencia de azúcares como los que acabamos de comentar (lactosa, fructosa y/o sacarosa) en las heces puede alterar los resultados de un análisis de sustancias reductoras en heces. Todos estos tienen la capacidad de fermentar en el colon gracias a las bacterias intestinales. Durante este proceso de fermentación se producen diversos productos metabólicos, incluidos ácidos grasos de cadena corta y gases (hidrógeno y metano).

El resultado del proceso puede actuar como sustancias reductoras, es decir, tienen la capacidad de reducir ciertos reactivos químicos, como el de Benedict o el de Fehling. Ambos se utilizan en pruebas de sustancias reductoras en las heces. Si se llevan a cabo la prueba y se añade el reactivo es fácil saber si existen o no sustancias reductoras en la muestra, ya que se produce un característico cambio de color. No existe mayor prueba de un resultado positivo en este caso.

Casos específicos

Un ejemplo común de un análisis clínico donde se detectan sustancias reductoras en heces es la prueba de Benedict o la de Fehling. Estas se utilizan comúnmente para diagnosticar una mala absorción de carbohidratos.

Para realizar la primera es necesario añadir una solución de reactivo de Benedict a una muestra de heces. Si hay presencia de sustancias reductoras en las heces, la solución cambiará de color y nos confirmará un resultado positivo. La variación de tonalidad tiene como causa la reducción del reactivo de Benedict por los productos de fermentación de los carbohidratos no absorbidos.

La segunda, la prueba de Fehling, es similar. También se basa en la capacidad de los productos de fermentación en las heces para reducir sales de cobre en el reactivo. Si se detecta la presencia de sustancias reductoras, la solución de Fehling se tornará de color rojo ladrillo.

Ambas pruebas son útiles para diagnosticar trastornos de malabsorción de carbohidratos y ayudar en el diagnóstico de enfermedades gastrointestinales. La presencia de sustancias reductoras en las heces indica que los carbohidratos no se están digiriendo y absorbiendo adecuadamente en el intestino delgado. Algo que puede requerir de una evaluación más detallada y un tratamiento específico.

La importancia del laboratorio

En casos de análisis de cualquier tipo de sustancia o componente, el laboratorio con el que se colabore realiza una misión fundamental. Será el encargado de detectar y cuantificar las pruebas, en este caso las sustancias reductoras en heces. Para ello es necesario que se sigan unos pasos exactos, revisados y controlados en todo momento:

  • Pruebas. La primera acción será realizar una serie de pruebas que ayuden a detectar la presencia de sustancias reductoras en las muestras de heces, como las que hemos tratado en el apartado anterior. Ambas implican la adición de reactivos químicos a las muestras y su observación para detectar los cambios indicativos de sustancias reductoras.
  • Interpretación de resultados. Es momento de analizar los resultados. Un resultado positivo indicará la presencia de sustancias reductoras. En este sentido, es muy importante comunicarlo al médico responsable, sea tanto positivo como negativo. De esta forma, podrá informar al paciente y se proceda a un tratamiento acorde.
  • Cuantificación. Hay casos en los que el laboratorio puede cuantificar la cantidad de sustancias reductoras. Se puede realizar mediante métodos de titulación o con el uso de espectrofotometría para medir la intensidad del cambio de color en las pruebas. Su cuantificación proporcionará información adicional sobre la gravedad del trastorno subyacente.
  • Informe de resultados. Con toda la información posible, el laboratorio emitirá un informe con los resultados en el que se incluirán la interpretación de los resultados. Si se requiere, la cuantificación de las sustancias reductoras. Este informe se enviará al médico solicitante para que lo utilice en el diagnóstico y posterior tratamiento.

Tratamiento correcto de las muestras

En procedimientos de este tipo, en el que es necesario recoger una muestra de heces del paciente o cualquier otro tipo de fluido o líquido, es imprescindible seguir una serie de pasos. Ellos permitirán un posterior análisis lo más ‘limpio’ posible, significando que la muestra no haya sido contaminada y se pueda confiar en los resultados:

Puntos clave 

  1. La preparación del paciente es crucial para garantizar la precisión de cualquier prueba, no solo la de sustancias reductoras en heces. Es necesario informar al paciente sobre el procedimiento y la importancia de seguir las instrucciones detalladas. Puede ser necesario que el paciente suspenda temporalmente la toma de ciertos medicamentos o ajuste su dieta en algunas ocasiones. Sin embargo, cualquier modificación en este sentido debe realizarse bajo la supervisión y aprobación del médico a cargo del paciente.
  1. Una vez informado, se le proporcionará un contenedor limpio y estéril en el que se recogerá la muestra, en este caso de heces. Se recomienda usar un protector de inodoro o una hoja de plástico para evitar la contaminación por el agua del inodoro. El paciente deberá la muestra de diferentes áreas de la deposición.
  1. Una vez la muestra haya sido recolectada, deberá ser etiquetada en el contenedor con la información del paciente. Deberá incluir el nombre y la fecha y hora de la recolección. Esta se almacenará en un recipiente hermético a temperatura ambiente o según las instrucciones específicas del laboratorio. Es crucial transportarla al laboratorio lo antes posible, preferiblemente dentro de las 24 horas posteriores a la recolección, para evitar la descomposición de los componentes.
  1. Una vez en el laboratorio se someterá la muestra a una serie de pruebas de sustancias reductoras en heces utilizando los métodos pertinentes. Se añadirán reactivos químicos a la muestra para observar cualquier cambio de color o formación de precipitados, que indicarían la presencia de sustancias reductoras.
  1. Finalmente, los resultados de la prueba se registrarán y se informará al médico sobre los mismos, junto con cualquier apunte necesario.

Además de seguir el procedimiento para asegurar la calidad de los análisis, también es fundamental que entre el laboratorio y el equipo clínico haya comunicación sobre cualquier duda o dato. De esta forma se asegura una mejor interpretación de resultados y un buen entorno de trabajo en el que todos los profesionales de la salud se coordinan para ofrecer el mejor trabajo posible.

 

Ambar Lab 

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