La mayoría de las personas dan por hecho que su cuerpo es capaz de metabolizar medicamentos o fármacos sin problema alguno. Y así es para la gran parte de la población. Pero nada es 100% efectivo para todas las personas. Ya hablamos de la aparición de la farmacogenómica y los maravillosos avances que puede generar. Con un pequeño análisis se pueden ajustar los medicamentos al paciente, de manera que ningún medicamento pueda generar más daño del que el organismo ya sufre debido a alguna incompatibilidad. También existen otros análisis que permiten detectar ciertas deficiencias, como la de tiopurina metiltransferasa (TPMT).
Por ello, y porque lo más importante a la hora de curar cualquier problema es su detección temprana, vamos a explorar esta enzima, cómo afecta a nuestro organismo y cuál es su relación con la metabolización de ciertos fármacos. ¡Comencemos!
¿Qué es la TPMT?
Ya lo hemos comentado antes: la tiopurina metiltransferasa (TPMT para abreviar) es una enzima, una proteína que produce un cambio químico concreto en todas las partes del cuerpo. Un ejemplo de la acción de una enzima sería la coagulación de la sangre. Estas proteínas actúan como catalizadores, por lo que aceleran la velocidad de reacción del organismo frente a un factor externo. Son las enzimas las que intervienen cuando se ingiere un fármaco. Ellas son las encargadas de descomponerlo (metabolizarlo) para eliminarlo del organismo y liberar al mismo tiempo el efecto que pueda causar.
Dentro de todos los tipos de enzimas encontramos a la protagonista de este post: la tiopurina metiltransferasa (TPMT). Ésta es la encargada de metabolizar un tipo de fármacos concretos, conocidos como tiopurínicos. La función de estos fármacos, derivados de la tiopurina, consiste en suprimir el sistema inmunitario. Algunos ejemplos de tiopurinas son la azatioprina, la mercaptopurina y la tioguanina. Suelen utilizarse en el tratamiento de diversos trastornos de la inmunidad o sanguíneos. La mercaptopurina y la tioguanina son los que se utilizan para combatir la leucemia; la azatioprina para tratar distintas enfermedades autoinmunitarias.
Cada persona es distinta a otra a nivel del ADN, lo que significa que cada una posee diferencias en los genes que codifican las enzimas. Dentro del ADN, el gen TPMT es el que indica lo bien (o mal) que funcionará esta enzima en el organismo. La mayor parte de la población no tiene problemas a la hora de descomponer las tiopurinas. Sin embargo, un pequeño porcentaje apenas puede metabolizar estos medicamentos. Si un paciente no tiene actividad TPMT, es posible que experimente efectos secundarios muy graves, como infección, anemia y sangrado, si reciben una dosis normal de un medicamento que contenga tiopurinas. En estos casos, el cuerpo sin actividad TPMT no es capaz de metabolizar el medicamento. Si este se acumula en el organismo, los niveles de toxicidad del medicamento hacen que los recuentos sanguíneos resulten demasiado bajos.
Por ello, antes de iniciar cualquier tratamiento es necesario analizar la actividad enzimática de la TPMT o su genotipo. Con esta acción el médico puede asegurarse de que el paciente que va a recibir el fármaco tiopurínico sea capaz de metabolizarlo.
¿Cuándo hay que solicitar la prueba?
Normalmente, el médico solicitará una prueba de actividad enzimática de la TPMT o su estudio a nivel genético cuando se sepa que se va a someter a un paciente a un tratamiento con un fármaco tiopurínico. El genotipo de la TPMT también suele solicitarse, aunque en menores ocasiones, cuando una persona que ya está en tratamiento con un tiopurínico desarrolla efectos secundarios (disminución del recuento de leucocitos).
Las pruebas para identificar a personas con riesgo de desarrollar efectos secundarios (mielosupresión) derivados del tratamiento son la de la actividad enzimática de la TPMT o la del genotipo de la TPMT (que explicaremos más adelante).
Los fármacos que se prescriben en caso de padecer leucemia linfoblástica aguda, enfermedad inflamatoria intestinal o algunas enfermedades autoinmunes son los ya mencionados azatioprina, mercaptopurina y tioguanina. Otra de sus prescripciones es en el caso de rechazo en las personas receptoras de órganos trasplantados, con el objetivo de evitar el rechazo del órgano.
¿Qué se analiza?
Alrededor de 1 de cada 300 personas sufre de déficit de TPMT. Los efectos secundarios derivados de este nivel bajo de TPMT pueden ocasionar enfermedades muy graves, pero se puede evitar si se evalúa la capacidad de producción de TPMT antes de comenzar el tratamiento.
Para ello, existen 2 maneras de realizar un análisis para detectar si un paciente puede desarrollar efectos secundarios derivados del tratamiento con tiopurínicos:
- Actividad enzimática de la TPMT. Se mide la actividad de la enzima tiopurina S-metiltransferasa (TPMT) en las células de la sangre. En función de los niveles se prescribe una dosis estándar, o reducida de fármaco tiopurínico o bien un fármaco distinto.
- Estudio genético de la TPMT. Esta prueba permite identificar las variantes en el gen de la TPMT, para así detectar las diferencias genéticas individuales asociadas al riesgo de toxicidad por tiopurínicos. Todo el mundo tiene 2 copias del gen de la TPMT. La mayor parte de la población tiene esas 2 copias de tipo ‘salvaje’. Produce una cantidad suficiente de la enzima TPMT para el organismo. Sin embargo, alrededor de un 10% de la población tiene un gen de tipo salvaje y otro con una alteración que provoca menor actividad de la TPMT y actividad enzimática intermedia. 1 entre 300 presenta las 2 copias alteradas, por lo que tiene poca o nula actividad enzimática de TPMT. Realizar una prueba genética de este tipo proporciona información sobre cómo reaccionará probablemente un individuo al tratamiento tiopurínico. No permite, sin embargo, conocer cuánta enzima TPMT está produciendo el organismo.
Una vez ya se ha comenzado con el tratamiento con fármacos tiopurínicos, se puede solicitar una tercera prueba. Esta medirá los productos de degradación de la tiopurina que permite monitorizar el tratamiento para, así, ajustar la dosis.
Para que esta prueba se realice correctamente, es necesario no consumir fármacos inhibidores de la TPMT al menos 48 horas antes de la determinación de la actividad enzimática de la TPMT.
¿Qué significa el resultado?
Los resultados de la prueba farmacogenética de TPMT situarán al paciente en uno de estos grupos:
- Metabolizadores normales. El paciente posee 2 copias del gen TPMT de función normal, por lo que todo está en orden. 9 de cada 10 personas tienen esta condición genética. En este caso, la dosis de tiopurinas sería la normal.
- Metabolizadores intermedios. Existe en el organismo un gen de función normal y una copia de un gen TPMT no funcional. En este caso, el paciente genera una actividad de TPMT media, por lo que puede requerir de dosis más bajas de medicamentos con tiopurinas para evitar efectos secundarios. 1 de cada 10 personas tienen esta condición.
- Metabolizadores deficientes. Este es el peor de los casos, ya que existen 2 copias del gen TPMT no funcionales y, además, no hay enzima TPMT normal. El paciente, por tanto, sufre un riesgo muy elevado de experimentar efectos secundarios (recuentos sanguíneos muy bajos que podrían causar problemas potencialmente mortales). El paciente deberá recibir dosis mucho más bajas de lo normal. 1 de cada 300 sufre de esta condición.
¿Necesito saber algo más?
Aunque las pruebas de TPMT predican el riesgo de desarrollar una toxicidad medular, es necesario realizar hemogramas cada cierto tiempo para detectar esta toxicidad en los pacientes tratados con tiopurínicos. El hemograma es una prueba habitual que mide la cantidad de hematíes, leucocitos y plaquetas de la sangre. Suele utilizarse para realizar el seguimiento de tratamientos que puedan afectar a la médula ósea. Como la actividad de la enzima TPMT se mide en los hematíes, su resultado se puede alterar si el paciente ha recibido recientemente una transfusión de sangre.
Además de la predisposición genética, los fármacos tiopurínicos pueden producir otros factores de riesgo de toxicidad medular (mielosupresión). Algunos de ellos son el naproxeno, el ibuprofeno, el ketoprofeno, la furosemida, la sulfasalazina, la mesalazina, la olsalazina, el ácido mefenámico, los diuréticos tiazídicos y los inhibidores del ácido benzoico.
Existe la posibilidad de que un paciente tenga niveles elevados de actividad enzimática de la TPMT. Estos pueden disminuir la eficiencia del tratamiento con fármacos tiopurínicos. En estos casos se recomienda seguir el tratamiento con otro tipo de fármacos.
¿Qué es la prueba de los metabolitos de la tiopurina?
Esta prueba facilita el seguimiento de un tratamiento con tiopurínicos y nos permite asegurarnos de que los niveles del fármaco en sangre no llegan a convertirse en concentraciones tóxicas.
Normalmente se evalúa la actividad enzimática o el genotipo de la TPMT antes de administrar la primera dosis de fármaco. El objetivo de este procedimiento es determinar el riesgo de apariciones de reacciones secundarias indeseables y ajustar la dosis en función de los resultados de las pruebas. En cuanto se comienza con el tratamiento se pueden medir y monitorizar los metabolitos de la TPMT. El objetivo es ir ajustando (si fuese necesario) la dosis de fármaco para evitar la toxicidad.
¿Qué puede hacer Ambar Lab por ti?
Los análisis de tiopurina metiltransferasa permiten analizar la enzima TPMT con el objetivo de saber con anterioridad cómo reaccionará el organismo si se le suministran ciertos fármacos que afectan a esta enzima. Gracias a estas pruebas se puede saber si la cantidad normal de un medicamentos puede tener efectos secundarios en cualquier paciente. Desde AmbarLab sabemos lo importante que puede ser esta prueba para la salud de cualquier persona (haya sido diagnosticada ya con alguna enfermedad o no), por lo que nuestro equipo está preparado para realizarlas y acompañarte en todas las partes del proceso, de comienzo a fin. ¿Tienes alguna duda sobre esta u otras pruebas que realicemos? Puedes preguntarnos lo que quieras tanto por mail como por teléfono.