Las drogas son sustancias químicas con la capacidad de cambiar el funcionamiento del organismo y la mente. Llamamos drogas de abuso a aquellas que, por alterar el razonamiento o el juicio de valor de una persona, pueden conducir a riesgos para la salud: desde la adicción, hasta accidentes producidos por el consumo, o enfermedades infecciosas.
Es importante considerar que dentro de las drogas incluimos medicamentos que se venden bajo receta: algunos de venta libre como el alcohol, el tabaco o las drogas ilegales.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a consumo o uso indebido de drogas? En líneas generales, al uso de sustancias ilegales como la cocaína, heroína, inhalantes, metanfetaminas, drogas de club o de diseño, como también a la toma de medicamentos de un modo que no está prescripto por un profesional de la salud. Entre estas últimas prácticas se cuenta tomar una dosis mayor a la indicada, tomar medicamentos que no han sido recetados o tomar el medicamento de un modo distinto a cómo ha sido indicado por el médico (como por ejemplo, inyectarse o inhalar las tabletas en vez de tragarlas).
La drogadicción es una enfermedad que ha sido definida como una condición cerebral crónica que produce que una persona tenga consumos repetidos sin considerar el daño que estos provocan. Este empleo repetido puede dejar una huella en el cerebro causando adicción.
Como estos cambios pueden ser duraderos, la adicción a las drogas se considera una enfermedad recurrente, por lo que las personas en recuperación están en riesgo de volver a consumir drogas incluso si han pasado años de no consumirlas.
Cada organismo es diferente y su reacción a las drogas también lo es. Hay quienes se convierten en adictos rápidamente y otros que lo hacen con el tiempo. Hay también casos de personas que consumen drogas de abuso y que no se vuelven adictos. Los aspectos involucrados en esto son muy diversos y por eso es fundamental contar con el asesoramiento de un profesional que pueda atender cada caso en particular.