LDH alto en sangre: causas y tratamiento

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La lactato deshidrogenasa, a la que a partir de ahora nos referiremos como LDH para abreviar y facilitar su identificación, es una de las cientos de enzimas que podemos encontrar en la sangre. Como con cualquier otra, sus niveles están muy bien establecidos y cualquier irregularidad puede provocar problemas, tanto si es a la alza como si es a la baja.

El análisis de estos elementos sanguíneos pueden ayudar a detectar condiciones que generen daño o lesión tisular (enfermedades hepáticas o de la sangre) y monitorizar su progresión. De hecho, también puede ser ir para establecer el estadio de ciertos tipos de cánceres, determinar su pronóstico o respuesta al tratamiento y otra funciones que veremos a lo largo del post de hoy. Estudiaremos los valores normales y cuándo se puede considerar LDH alto y bajo en comparación.

¿Qué es la lactato deshidrogenasa?

El LDH, conocida además de por el término que hemos utilizado como deshidrogenasa del ácido láctico, puede encontrarse en casi todos los tejidos del cuerpo humano además de en la sangre. Su papel es sumamente importante, aunque en realidad jamás podríamos elegir un componente del cuerpo sobre otro, ya que cada uno cumple una función que nos permite vivir una buena y tranquila vida. En este caso, el LDH se encarga de intervenir en reacciones metabólicas que sirven para obtener energía. 

De ahí su presencia en casi todo el cuerpo, aunque son las células del corazón, hígado, músculo, riñones, pulmones y de la sangre las que presentan mayor concentración. Su importancia radica por el proceso que realiza en el que la glucosa proveniente de los alimentos se convierte en la energía que utilizarán las células.

Los niveles de esta enzima pueden aumentar si se produce algún daño en los tejidos por culpa de una lesión o de una enfermedad, caso en el que caso se libera más LDH en el torrente sanguíneo. Existen varias enfermedades que pueden causar un aumento de sus niveles (ataques cardiacos,  enfermedades del hígado, anemia, trauma muscular, fracturas óseas, cáncer, meningitis, etc.), la mayoría de ellas relacionadas con los órganos donde más presencia tiene. Más adelante veremos con detalle cuáles son.

Un análisis de LDH puede ayudar al médico a detectar o descartar, junto a unos niveles irregulares de la enzima, alguna enfermedad crónica o aguda que pueda causar destrucción celular o tisular, cáncer, meningitis o si se ha acumulado líquido en alguna parte del organismo. También puede identificar lesiones en los tejidos, pero en estos casos se tendrán que realizar otros exámenes para ayudar a determinar en qué lugar está el daño.

Uno de ellos es, por ejemplo, el análisis de isoenzimas LDH, en el que se estudian los 5 tipos de enzimas LDH concentradas en diferentes órganos y tejidos. Si se miden los niveles en sangre los profesionales de la salud podrán localizar más fácilmente el daño celular, su tipo y su gravedad. Simplemente se necesitará una muestra de sangre venosa o de otro fluidos como el líquido pleural, el líquido peritoneal, el líquido pericárdico o el líquido cefalorraquídeo (LCR).

 

¿Qué se analiza?

El propósito del análisis de esta enzima es medir su concentración para descartar posibles daños o enfermedades en un paciente. Aunque el fluido biológico más común para analizar sus valores es la sangre, no es el único:

En sangre. Es en el suero o en el plasma de la sangre, es decir, en su parte líquida, donde podremos encontrar las cantidad e LDH que transporte. Suelen ser pequeñas, pero si se produce daño o destrucción celular o tisular, las células liberan más cantidad de esta enzima hacia la sangre, por lo que si vemos el LDH alto, sabremos que no es buena señal.

De hecho, suele emplearse como marcador inespecífico de lesión celular o tisular de cualquier parte del cuerpo, pero no olvidemos que no sirve únicamente para identificar la causa subyacente o su localización exacta. Por eso se emplea en la evaluación o monitorización de trastornos que ocasionan daño tisular (enfermedades hepáticas, de la sangre o cáncer) junto con otras pruebas.

En fluidos biológicos. Cuando se produce un daño, inflamación o infección en partes como el  cerebro, el corazón o los pulmones, comienza a acumularse el líquido o se altera la composición normal de ese mismo fluido. Si se analiza, podremos ver su concentración de LDH, cosa que nos ayudará a determinar la causa del trastorno. Si, por ejemplo, un paciente sufre de meningitis bacteriana, el LDH tendrá unos niveles más altos en el líquido cefalorraquídeo (LCR).

Ya lo hemos comentado, pero en el caso de los fluidos biológicos también se utilizan pruebas extra para confirmar si el fluido acumulado, alrededor por ejemplo del corazón, de los pulmones o en la cavidad abdominal, es un exudado (por un daño tisular o a inflamación) o un trasudado (una alteración del equilibrio entre presión en los vasos sanguíneos y contenido de proteínas en sangre).

 

¿Cómo se usa?

Como hemos explicado, es muy difícil que exista un caso en el que el análisis de lactato deshidrogenasa permita determinar con exactitud y sin ninguna duda una enfermedad o problema, pero sí puede ser útil en la evaluación de diversos trastornos y enfermedades, como por ejemplo en las siguiente situaciones:

  • Como indicador de una lesión tisular aguda o crónica.
  • Para detectar y monitorizar trastornos como la anemia, entre las que se incluyen las hemolíticas y las megaloblásticas, o en infecciones graves.
  • Para determinar el estadio de ciertos tipos de cáncer, su pronóstico y ayudar a controlar su tratamiento (quimioterapia como en el caso de tumores células germinales, linfomas, leucemias, melanoma o neuroblastoma).

El LHD en fluidos corporales se puede determinar:

  • Evaluando el líquido cefalorraquídeo (LCR) para distinguir una meningitis vírica de una bacteriana.
  • En la evaluación de otros fluidos corporales (líquido pleural, peritoneal o pericárdico), para determinar si esta acumulación detectada se debe a causas inflamatorias, a una lesión tisular (exudados) o algún desorden en el equilibrio entre la presión en los vasos sanguíneos y el número de proteínas en sangre (trasudados).

Hay que pensar siempre que ningún análisis cae en saco roto; cualquier dato que pueda aportarnos será de vital importancia para detectar el problema y poder comenzar desde el minuto 1 con el tratamiento más correcto posible.

 

Valores de LDH

Hoy veremos los niveles de LDH en adultos únicamente. Los normales oscilan entre las 105 y las 333 UI por litro de sangre, pero todo dependerá del laboratorio encargado del análisis, ya que será suya la elección de un tipo de medicación u otro o de analizar otro tipo de muestras. El médico siempre tomará decisiones en base a lo que encuentren, al historial médico del paciente y a su condición física

En el caso del LDH alto es difícil detectar enseguida la causa de la irregularidad, ya que esta enzima está en gran parte de nuestro cuerpo. Por ello, vamos a ver las posibilidades divididas en 3 vertientes:

Causas del LDH relacionadas con la sangre. Como esta enzima tiene una presencia importante en los glóbulos rojos, un aumento de la misma puede significar que se ha producido algún problema con este componente sanguíneo. De ahí que se suela pensar en anemia hemolítica, enfermedad en la que las células rojas se destruyen antes de lo normal. Sin embargo, también existen otros tipos de anemias que pueden revelar un LDH alto: las que conllevan una deficiencia de ácido fólico o de vitamina B12. Para descartar la hipótesis o seguir con ella se deberá realizar un análisis de vitaminas en el paciente.

El LDH alto puede tener otra causa: la isquemia, una disminución, o en algunos casos detención, de la circulación de la sangre por las arterias de una zona concreta del cuerpo. Este hecho impide que el oxígeno que lleva la sangre llegue hasta los órganos o tejidos que lo necesiten, provocando sufrimiento celular.

Causas del LDH relacionadas con los músculos. Pasando a causa muscular, podemos encontrar la distrofia muscular como la primera en la lista por el LDH alto. Este término hace referencia a un  grupo de más de 30 enfermedades hereditarias que producen debilidad y pérdida muscular. La forma de tratarla dependerá de la gravedad de la patología, aunque, como siempre comentamos, un diagnóstico a tiempo puede ser vital para acelerar el proceso de curación y frenar los síntomas todo lo que se pueda.

Causas del LDH relacionadas con el cáncer. Existen ciertos tipos de cáncer que pueden generar LDH alto. Su análisis no solamente podrá ayudarnos a ver si se ha provocado, de hecho, una subida, sino que ayudará a los médicos a saber si el tratamiento que se ha seleccionado para el paciente de cáncer está surtiendo efecto.

El cáncer más asociado al LDH es la leucemia, caracterizada por el exceso de glóbulos blancos en la sangre y en la médula ósea. 

Causas del LDH en otras partes del cuerpo. Aunque las que acabamos de comentar son las causas más comunes, debemos mencionar también las que están relacionadas con distintas partes del cuerpo o condiciones físicas:

  • Haber sufrido un ataque cardíaco
  • Enfermedades hepáticas (hepatitis)
  • Enfermedades pulmonares
  • Haber sufrido un accidente cerebrovascular
  • Pancreatitis
  • Mononucleosis infecciosa
  • Meningitis
  • Lesión muscular
  • Muerte de tejido

 

Las causas del LDH alto son variadas, por lo que lo mejor es que un médico evalúe la situación y pida los análisis y exámenes que necesite parta descartar orígenes y pueda comenzar a aplicar el tratamiento que más convenga. Son en esos análisis donde entra el equipo de Ambar Lab, con un laboratorio en el que ofrecemos más de 3.000 pruebas, el acompañamiento en la gestión de tu negocio y el desarrollo de nuevos proyectos.

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